¿Qué es la
Ilustración?
postato il
21 maggio 2010
Lo siguiente es la
respuesta de Immanuel Kant (en la foto) a la
pregunta: Was ist Aufkläerung? (¿Qué es la Ilustración?) Publicado en
el Diario de Berlín (Berlinische Monatsschrift) el 05 de diciembre
1783, pp. 516.
La
ilustración es la salida del hombre de una condición minoritaria de
la que él mismo es responsable.
La
minoría es la incapacidad de usar su propio intelecto sin la guía de
los demás. La responsabilidad de tal minoría viene atribuída al hombre
mismo, cuando su causa no reside en una carencia de intelecto, sino que
depende de la falta de determinación y coraje para usarlo, de hecho,
sin la guía de los demás. "Atrévete a saber", "Ten valor para utilizar
tu propio intelecto." Este es el lema de la ilustración.
(Viene de la página "Curiosidad")
La pereza y la cobardía son las razones por las cuales una gran parte
de la humanidad [...] continúa estando en condiciones de minoría. [...]
Si tengo un libro que razona por mí, si tengo un director espiritual
que tiene una conciencia también para mí, si tengo un médico que
establece qué dieta debo seguir etc. yo, por mi parte, ya no tendría
necesidad de hacer ningún esfuerzo.
[...] Así que, por cada hombre considerado individualmente, es difícil
liberarse de una condición de minoría que se ha convertido, para él, en
una segunda naturaleza. [...] y en esas circunstancias es realmente
incapaz de utilizar su propio intelecto, desde el momento que nunca
tuvo el permiso para ponerlo a prueba, los razonamientos y preceptos
[...] son los bloques que lo obligan a una perenne minoría. Quien fuera
capaz de fundirse en su presa, incluso delante a la acequia
más angosta, se encontraría con que no sabría dónde
poner los pies para saltar, no estando habituado a moverse libremente.
[... ]Hay, sin embargo, mayores posibilidades de que un público sea
capaz
de ilustrarse a sí mismo; mejor dicho si sólo se le da la libertad para
hacerlo, este proceso es casi inevitable. En efecto, en tal caso, se
encontrarán siempre, incluso entre aquellos que oficialmente
fueron responsables de proteger la masa, algunos libres pensadores que,
después de haberse sacudido de las espaldas, por sí mismos, el yugo de
la minoría, manifestaron evidente, entorno a ellos, el sentimiento de
la estimación racional de su propio valor, y por tanto, de la vocación
de todo hombre a pensar autónomamente.
[...] Con la revolución se logrará obtener tal vez el colapso
de un régimen de despotismo personal y de una opresión codiciosa de
ganancias y de poder, pero nunca una reforma real de la mentalidad. Al
contrario, nuevos prejuicios, al igual como había sucedido a aquellos
antiguos, servirán de freno para la gran masa, de aquellos que no hacen
uso de sus propios pensamientos. [..]Pero mira que oigo gritar por
todas partes: ¡No razones!. El oficial dice: ¡no razones, cumple! El
recaudador de impuestos: ¡no razones, paga! El sacerdote: no razones,
cree! Aquí y en todas partes a nuestro alrededor, hay limitación de la
libertad. ¿Pero cuál limitación es el impedimento de la ilustración? ¿Y
cuál, en cambio, no lo es, sino más bien es su ventaja? Mi respuesta
es: el uso público de la propia razón debe ser siempre libre y eso sólo
puede realizar la ilustración entre los hombres. En cambio, su uso
privado puede también ser fuertemente reducido, sin que constituya un
obstáculo particular para el progreso de la ilustración.
Respuesta
de Immanuel Kant
en la revista "Berlinische Monatsschrift"
05 de diciembre 1783
Immanuel
Kant interviene nuevamente en la Berlinische Monatsschrift en
defensa de la libertad de pensamiento, cada vez más amenazada en
Alemania después de la muerte del soberano Federico II de Prusia (en la
foto) quien fue uno de los personajes más influyentes y representativos
de su tiempo, representando la típica figura setecentesca del monarca
ilustrado. Su acción tocó tanto sea en el plano político y militar, que
en el de la economía y la administración estatal, sea en el desarrollo
de las ciencias y de las artes de manera que se ganó el apodo
de Federico el Grande.
Se
puede entonces imaginar cuánta era la ansiedad a su muerte en 1786
acerca de la libertad de pensamiento. En su enésima intervención en el
periódico de Berlín, Kant señaló a aquellos que creían que incluso si
fuéramos privados de la libertad de hablar o de escribir nadie podrá
jamás quitarle el hecho de pensar, que "si no pensáramos, por así
decirlo, en comunión con los demás, a los cuales comunicamos nuestros
pensamientos, recibiendo los suyos", la libertad de pensamiento que
creeríamos de beneficiarnos sería solamente una ilusión.