Teniendo en cuenta cómo las cosas fueron hechas,  el primer pensamiento del Observador fue que YO SOY, más que hacer sagrada la unión, parecía que jugara a descargabarriles con el trabajo a realizar. Pero estos son detalles irrelevantes para el final de la historia.
Sin embargo, este pequeño, pobre Observador, tuvo que empezar a realmente actuar. El verdadero y único Dios - Creador era él, todo le había sido delegado: él y sólo él, debía - y podía - crear la realidad. Ningún otro.

El problema técnico que se había resuelto era realmente muy complejo.

Para tener un inicio era necesario dar lugar a una creación. Esto era posible sólo a través de la expresión especifica que cada Observador había acogido manifestar; ésta expresión específica, la misión, era la individualidad que contenía intrínsicamente un impulso y ésta era totalmente impersonal. Por lo tanto tenemos:

EL PADRE

YO SOY, el grande SÍ MISMO, que se manifiesta a través de TI, ya que, recuerda, tú y yo somos uno. Sobre este punto, imagina una figura geométrica, como un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia no está disponible en ninguna parte del espacio: una figura de dimensiones infinitas.

EL HIJO
Mi IDEA DE TI  se expresa como la idea de cada parte de mí mismo. Imagina, a tal fin, de poner un límite a un área del círculo. El límite es lo que determina el mandato, el proyecto de tu alma.

EL ESPIRITU SANTO
TU MANDATO, la expresión de mí en tu mandato, el cuerpo-instrumento para la expresión del UNO MISMO. En el momento que el límite se fijó, automáticamente entró en existencia, el Observador, El "Uno mismo" que es lo que figura en el límite. Así que este producto es el pensamiento imaginado de TI y es el cuerpo - instrumento necesario a la creación que me contiene a MI bajo forma del empuje activo de MÍ, es decir, que es la actividad operante. Es por esto que el Observador es el ESPIRITU SANTO y es totalmente impersonal ya que aquello que empuja la manifestación de MI es mi divina presencia focalizada , y por eso es contenida en el Observador.

Estas tres fases son la SANTÍSIMA TRINIDAD y una vez que se manifiesta a través de la primera creación, es inmortal y eterna. Nunca hubiera sido posible tener el "uno mismo" si antes no hubiera habido una diferencia de deber, de mandato con el que confrontar con los otros sí.  Éstas son las individualidades y son  absolutamente impersonales.

Presta atención, este cuerpo es el cuerpo real, el sistema en el que "Uno mismo" puede manifestarse a través del "uno mismo". El cuerpo que luego "uno mismo" asumirá en cualquier universo  sólo será una escafandra con  el espíritu activo de Dios dentro.

Entonces, para tener todo en pie y tener un inicio, necesitamos crear.


Continúa en la Trilogía del YO SOY

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